inn–Be o cómo transformar la educación
Entrevistamos a Eva Gol y Jonathan Escobar, fundadores de inn-Be, para que nos expliquen su propuesta.
No hace falta conocer los resultados del informe Pisa para tomar el pulso al estado del sistema educativo en nuestro país, ni dedicarse a los recursos humanos para ser conscientes de la difícil situación laboral en España. La respuesta a los nuevos temores en forma de robot puede no encontrarse en soluciones como la renta básica universal, y sí en una transformación profunda del sistema de educación que tenga como único objetivo dotar de las competencias y valores necesarios para poder contribuir al desarrollo en sociedad.
Gracias a las redes sociales encontramos una plataforma que tiene una propuesta seria al respecto y decidimos ir a verles para conocer mejor en qué consiste. Ellos son inn-Be y nos recibieron sus fundadores Eva Gol y Jonathan Escobar.
inn–Be nace como empresa a finales de 2016 pero la idea la llevan gestando Eva y Jonathan desde hace mucho tiempo. Ambos, juntamente con Francesc Sabaté (CTO de inn–Be), coincidieron en un máster de Project management y Tecnología, en un centro universitario en el que Eva era la directora de formación y Jonathan y Francesc dirigían los másters. Desde ese prisma veían cómo los alumnos que acudían, en su mayoría gente entre 25 y 35 años, lo hacían según indica Eva “por inercia y necesidad de título” y Jonathan reconoce que se dijeron “esto no puede ser». Además era gente con talento, potente, con ganas, con capacidad de innovar, de trabajar. ¿Cómo puede ser que esta gente esté en esta situación? Estamos hablando del año 2007. La falta de objetivos o, más en concreto, la falta de pasión en parte de los alumnos les hizo preguntarse qué había pasado en la trayectoria de estas personas y cómo podían contribuir a revertir esa situación.
Su modelo es el resultado de la suma de las experiencias profesionales de sus fundadores y equipo. Así, Eva, que es pedagoga, se ha dedicado a la gestión de centros educativos y desarrollo de equipos docentes. Por su parte, Jonathan es Director Global de Lean management de un importante grupo multinacional desde donde se dedica a la transformación de negocios y estrategias empresariales. Además, en el equipo cuentan con profesionales especializados en diversas áreas: lean management, tecnología, psicología, comunicación, igualdad, integración, diversidad, etcétera, lo que amplía aún más su visión y alcance educativo. Conceptos como la High Performance Education (Educación de Alto Rendimiento), metodología pedagógica basada en las Organizaciones de Alto Rendimiento, y el lean management, son elementos clave en inn–Be. Hoy ya cuentan con 2 centros que han apostado por ellos. Descubramos en qué se basa.
El sistema educativo hoy
Eva explica que “la educación está trabajando para un mundo al que ya no puede dar respuestas. Se ha quedado anclada en un sistema que no se adapta a las necesidades actuales ni a las competencias de futuro que realmente van a necesitar los alumnos: liderazgo, confianza, capacidad crítica, metacognición… Estamos trabajando de forma totalmente homogénea y de la misma manera que hace 50, 60 años. Sí que es verdad que hay algunos puntos de innovación, que hay mucho discurso respecto a cómo podemos innovar en educación, pero la práctica aún es un proceso demasiado lento. La realidad es que muchos centros educativos siguen enseñando como se enseñaba antes y algunos profesores aún son reticentes a cambiar la metodología de clase, a salir de la zona de confort, porque ciertamente requiere un esfuerzo importante empezar a entender y aplicar la educación, el aprendizaje, desde otro punto de vista donde el protagonista es el alumno”. Afirma que “la tecnología es una herramienta. Es un medio pero no la finalidad de la innovación en la educación.”
Jonathan por su parte asegura que “lo que estamos haciendo es formar a personas para seguir órdenes, memorizar, o trabajar en las líneas de montaje que Henry Ford inventó hace 100 años. La realidad es que hoy la memorización es el trabajo de los ordenadores y la producción en masa el de los robots. Para no robotizar nuestra humanidad, hoy las personas necesitamos desarrollar nuestro pensamiento crítico, gestionar proyectos, liderar a personas o aún más importante, liderarnos a nosotros mismos que es el paso previo a liderar a otras personas. Por este motivo -añade- tenemos que desarrollar en las personas las capacidades para crear planes de acción efectivos, con métricas relevantes, que nos permitan comprobar su efectividad. Debemos desarrollar en las personas las confianza para plantearse objetivos, ejecutarlos, revisando indicadores, reflexionando sobre los resultados y aprendiendo para encontrar siempre mejores formas de hacer. Este tipo de cosas es lo que nos preocupa porque al final es imprescindible tanto para su vida personal como para ser capaces de generar y crear su futuro profesional.»
Asegura que «ahora está muy de moda el concepto startup pero observo, en algunas casos, comportamientos parecidos a los vividos en la burbuja inmobiliaria. Tanto para hacer crecer empresas como para crecer en ellas, para crecer en tu vida personal, familiar o para contribuir al desarrollo sostenible de la sociedad se necesitan valores, competencias, y procesos de pensamientos críticos que no estamos generando. Todo esto no cambia ni cambiará con la tecnología: con iPad o sin él, con realidad virtual o sin ella, con o sin Blockchain, pero los valores, los procesos de pensamiento y las competencias no están y no se están desarrollando de forma sistémica en la educación. Y eso es lo que nos preocupa.”
Qué propone inn–Be
Eva señala que “nos planteamos: ¿qué competencias iban a necesitar los alumnos en un futuro? ¿Qué requerirá ya no el mercado de trabajo, sino el futuro en general? ¿Cómo potenciamos el talento individual de cada uno? ¿Cómo logramos que incorpore, sume y desarrolle su talento en la sociedad? ¿Qué papel juegan las nuevas tecnologías? ¿Es la tecnología un fin en sí misma? ¿Cómo la vamos utilizar en la educación? ¿Qué cambios deben afrontar los centros educativos, equipos docentes y familias para dar respuestas? ¿Y cómo y para qué debe ser la educación del siglo XXI? ” Para dar respuesta a todo esto afirma “creamos inn–Be y tenemos claro que el centro de nuestra misión es el alumno. Es educar para y por el desarrollo humano. Educar para ser. De ahí nuestro nombre inn: inn (innovating) to be (para ser). Queremos que los alumnos se sientan parte de la sociedad, que potencien su talento individual y lo sumen a otros talentos en busca de un futuro común y de desarrollo. Eso solo lo podrán hacer con voluntad y actitud de aprendizaje constante”.
Para conseguirlo Jonathan hace especial mención a que se vuelcan “en ofrecer una organización, una plataforma que pueda ofrecer servicios educativos de transformación real desde la educación infantil a la superior. Los 3 ámbitos de actuación en los que se concentra su trabajo para poder transformar la educación son los centros educativos, los equipos docentes y las familias”. Afirma que “nuestros clientes no son los profesores ni son los centros educativos.” Trabajamos para poner el alumno en el centro y hacer que para profesores, centros y familias, nuestro cliente común sea el alumno. Lo importante es qué va a quedar en la persona y qué va a hacer esa persona con ello durante toda su vida”.
“Que trabajemos con los profesores es porque son el punto de esencial de conexión, mentores imprescindibles en el aprendizaje del alumno” enfatiza Eva.
Jonathan nos indica que la clave está en la definición, esto es, “cuál es la competencia por la que el alumno va a acabar su periodo formativo. A partir de ahí entendemos cómo vamos a apoyar a profesores, familias o centros educativos. No desde la actividad en sí, sino desde qué queremos que los alumnos puedan conseguir”. Coinciden en señalar que este es el punto que les diferencia de otras propuestas de innovación educativa.
Cómo trabaja inn-Be
Eva indica que “en los centros educativos trabajamos la estrategia pues la falta de ésta es un mal común presente en muchos centros. Por experiencia te diré que es dramático observar cómo los profesores entran a las clases sin saber cuál es el objetivo final de estar dando esa clase en ese centro, y eso es así. Para nosotros es fundamental conseguir que los distintos docentes de un centro trabajen alineados y unidos en un objetivo común, que se sientan parte de un equipo y un porqué educativo compartido, por eso la estrategia”.
Jonathan amplia que “cuando Eva se refiere a estrategia no es la “empresarial” sino a: ¿cuál es la visión del centro? ¿Para qué existe este centro? ¿Qué tipo de personas quieren formar? ¿Cuáles son nuestros mínimos indicadores? Por ejemplo, un objetivo sería que ningún alumno abandonase la educación. Objetivo que por sí mismo ya es suficiente y pudiera no necesitar ninguno más. Otro buen objetivo sería que todos los alumnos del centro se incorporaran al mercado laboral y que después de los 30 alcanzaran el futuro profesional que hayan decidido según sus aspiraciones”. Así, “sea cual sea el objetivo debe acompañar la visión y misión del centro. Eso para mi es importantísimo pues a partir de ahí podemos empezar a construir qué tipo de centro somos, qué tipo de profesores somos, cómo nos comunicamos con los alumnos, qué reconocemos y qué no (valores, comportamientos, cultura). Podemos trabajar nuestro centro de forma holística y entrar en todas las áreas, pero sin esa clara visión y misión no podemos trabajar. Esta es una de las grandes carencias iniciales y que nosotros ayudamos a corregir”.
Los procesos afirman puede llevar 4 años pues como indica Eva “una transformación completa en un centro debe hacerse por pequeños pasos. Ahora mismo, por ejemplo, hay la prueba piloto de un curso que ocuparía un año. A partir de ahí, obtenemos resultados, medimos, obtenemos mejoras y traspasamos la metodología a otro curso piloto y si todo funciona bien lo traspasamos a toda la organización. Pero eso supone un mínimo de 3 años”.
Para que su trabajo tenga éxito es imprescindible la “alineación de esos 3 grandes bloques que son los centros educativos como responsables directos de los procesos de aprendizaje, los equipos educativos que son los que tienen contacto directo con el alumno y las familias que no dejan de ser un agente educativo imprescindible que si no va alineado con lo que se está transmitiendo a los alumnos puede generar confusión, un cortocircuito importante”.
Una propuesta interesante que deben conocer las administraciones para que pueda llegar también a la escuela pública, en donde tanto Eva como Jonathan afirman conocer directores y profesores con serias inquietudes al respecto. Un nuevo enfoque basado en dotar de competencias y preparar al alumno para su integración exitosa en un mercado laboral tecnológico, autónomo, flexible y multidisciplinar y, sobre todo, ayudarle a conocerse, a aprender para desarrollarse en sociedad de forma ética, responsable y colaborativa. Para acostumbrarse a él proponen una metodología basada en la experiencia práctica y reflexiva. Una metodología que apuesta por experiencias significativas para los alumnos, que despierten sus emociones y les inciten a pensar, crear y compartir, cómo podría ser un trabajo en grupo descubriendo la historia de la ciudad utilizando imágenes, investigando y luego maquetarlo todo en impresora 3D o en un vídeo. Un aprendizaje amplio, sin fronteras tajantes entre Humanidades y Ciencias porque, al final, dice Eva: “la única asignatura que tiene el alumno es liderar su vida, un todo completo, sin límites”.
Como observa Jonathan, “por mi experiencia y ocupación te diré que todo lo que estamos haciendo, basado en Organizaciones de alto Rendimiento, aún no ha sido adoptado por más de un 5% de las empresas. Me refiero a este tipo de visión, de desarrollo holístico y de orientación a crear el cambio ( no solo adaptarse a él). Con lo cual, para la educación es un reto y a la vez una increíble oportunidad. Lo bonito es que detrás de esto hay alumnos, hay las personas que van a ser y crear la sociedad del futuro. Y queremos que sean todo lo que se propongan y que trabajen juntos para construir un mundo mejor”.
Sólo nos queda desearos mucha suerte y muchos éxitos en el empeño.
Entrevista original publicada el 07/06/2017 en Ecoonomia por Jacobo Ferrando. Podéis consultarla directamente en la revista Ecoonomia
Un abrazo,
inn—Be